Los bandidos modernos

Eric Hobsbawn, historiador de origen polaco y posiblemente el mas conocido del mundo, escribió un libro titulado “Bandidos”, una exploración por la vida y el mito de personajes que abarcan desde Robin Hood hasta Salvatore Giuliano, pasando por el mexicano Pancho Villa, por los haiduks balcánicos, los decoits de la India, los cangaceiros brasileños o los guerrilleros urbanos del anarquismo español.

Hobsbawn descubrió que en muchas partes se repetían los llamados “bandidos justicieros”, redistribuidores de riquezas y que eventualmente terminaron como héroes en muchas naciones.

Hubo algunos de estos “bandidos sociales” que lideraron gestas de independencia, como Villa, uno de los jefes de la revolución mexicana, cuya actuación militar fue decisiva para la derrota del régimen de presidente Victoriano Huerta.

Villa participó en el bandidaje con Ignacio Parra, retirándose después que José Solís, miembro del grupo, asesinó a un anciano. Gracias a sus hazañas revolucionarias su memoria es honrada hoy por mexicanos y muchas personas de otros países. Junto a sus seguidores, Villa se apoderó de las tierras de los hacendados para distribuirlas a los campesinos y soldados. En 1916 atacó a Columbus, Estados Unidos, algo inédito.

El general John J. Pershing trató de capturarlo durante un año, pero nunca lo logró. Hoy día los bandidos modernos no dirigen bandas en las zonas rurales. Se agrupan en las ciudades para hacer diabluras, amparados en el poder político. Con ese fin, buscan quién les financie sus campañas para ser senadores, diputados o funcionarios, cargos que les dejan mucho dinero.

No despojan de sus bienes a los ricos para dárselos a los pobres, pero crean fundaciones mediante las cuales fomentan el clientelismo, sin haber tenido jamás un gesto patriótico, siquiera con un pronunciamiento en defensa de la soberanía. Son bandidos con otro ropaje.